Escrito por Sonia Guadalupe Martínez Cueva
¿Pizza o ensalada? para muchos la respuesta es muy sencilla y no hay duda de que a pesar de que en muchas ocasiones nos esforcemos por llevar una dieta saludable, nuestro cuerpo parece estar inclinado a preferir aquellos alimentos que nos engordan o llenos de calorías. Sí te preguntas la razón, todo está relacionado con nuestro cerebro.
En un país como México donde se tiene el primer lugar en obesidad y donde los negocios de comida rápida gozan de una gran popularidad, comer saludable y perder peso parece una de las tareas más complicadas para muchos de nosotros, sin embargo es una de las acciones más recomendadas por los especialistas en la salud.
Si bien existen muchas dietas y también campañas que resaltan los beneficios de comer saludable, muchos deciden romper su dieta y sucumbir ante los deliciosos alimentos procesados, pero esto más allá de estar relacionado con falta de voluntad, la razón está muy conectada con nuestro cerebro.
¿Por qué siempre preferimos comidas que engordan?
El cerebro está detrás de esas grandes ganas de comer comida que curiosamente están llenos de carbohidratos y grasa y en consecuencia nos engordan. De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Yale en Estados Unidos, esto se debe a que este tipo de comidas activan el centro de recompensa de este órgano vital.
El equipo que realizó el estudio publicado en la revista «El metabolismo de la célula», detalló que registraron la actividad cerebral de un grupo de personas al momento de mostrarles imágenes con comida con alto contenido de carbohidratos, comida con alto contenido de grasas y alimentos que contenían ambos.
Los resultados obtenidos demostraron que las personas se sentían mucho más atraídos por la comida que contenía tanto alto contenido de grasa y carbohidratos como lo son las donas que por aquellos que contenían solo alto contenido de carbohidratos o de grasas. Esto se debe a que con este tipo de alimentos se activa el cuerpo estriado del cerebro, mismo que se relaciona con la producción de dopamina, el conocido neurotransmisor del placer.
Por lo que las personas nos sentimos mucho más atraídos hacía aquello que nos causa mucho más placer y sensación de recompensa, incluyendo la comida procesada. Este dato se ha vuelto clave en la producción de la famosa comida rápida, misma que si bien es placentera no es saludable y ha contribuido a la obesidad en gran parte del mundo.
Este problema no se encontraba en la antigüedad, ya que a diferencia de la comida procesada que predomina en el mercado, nuestros antepasados basaban su dieta principalmente en plantas y animales.
––
Con información de Debate.com.mx