Escrito por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK.- Las autoridades clausuraron el martes la funeraria Andrew T. Clekley, en Brooklyn, por apilar decenas de cadáveres de personas que sucumbieron a la pandemia COVID-19, al tiempo que el propietario, un afroamericano del mismo nombre, enfrenta numerosos cargos criminales, demandas de deudos de los difuntos y millares de dólares en multas.
En abril, cuando los muertos se contaban por miles en Nueva York, la funeraria se comprometió con los familiares de los fallecidos a manejar la crisis, pero en vez de eso, amontonó los cadáveres en pasillos y rincones de sus salas y en camiones de mudanzas de la empresa U-Haul.
Residentes y vecinos del área donde está la funeraria no pudieron aguantar el fétido hedor de tantos muertos y dieron parte a las autoridades que iniciaron una amplia investigación, concluida esta semana.
Los camiones estaban aparcados frente a la funeraria con alrededor de 300 cuerpos que se estaban descomponiendo y no hizo ningún esfuerzo para resolver la situación.
Los camiones de la referida empresa, no cuenta con sistemas de refrigeración porque son usados para transportar muebles y otros artículos.
Cleckley, se declaró no culpable ante el juez, alegando que él trató de hacer lo posible, pero no recibió suficiente ayuda del estado.